domingo, 28 de agosto de 2011

EL FIN DEL MUNDO Y EL POR QUÉ DEBEMOS CAMBIAR LAS COSAS




Comenzaré...

Como aquel que escribe estas lineas, me pongo a pensar, a pensar sobre este mi mundo, mundo que comparto con todxs, pero mundo por el que temo muy profundamente de lo que hemos podido hacer y lo que estamos haciendo con él. Y ahora es cuando mi pesimismo se transforma en frustación, cuando me asomo a la verdadera realidad de una época que en realidad es oscura, y que es cuando de loco me transformo en pesimista, en salvaje al querer huir de una hipocresía. Y entonces de nada sirve llorar, solo sirve el tiempo para contemplar...

Contemplo, contemplo una revolución, la revolución de las mascaradas, no la de las máscaras, máscaras con corbata que pretenden no tener rostro por regla general para creerse revolucionarias, cuando en realidad no ocultan nada, solo lo muestran y lo tergiversan. Se preguntará lectxr a que viene todo esto, francamente es muy complejo de describir. Y diré, que leía el otro día un artículo en la asamblea de Fuente Dorada acerca de como nos estamos cargando el planeta Tierra; de como aquellos que no tienen voz, en pasados y presentes momentos estaban sufriendo, al silencio de una sociedad enferma que los usa por diversión y para un consumo excesivo, muy alejado eso sí, de las necesidades biologícas del organismo, y cuyo consumo se pervierte al placer consumista de agotar los recursos del planeta como si infinitos fueran estos, y todo pudiera seguir como siempre; de como al destrozar la Tierra en el fondo nos destrozamos a nosotros mismos. ¡Cuan mi sorpresa al ver lo de siempre, una ciudad fría y oscura, pedante para pedantes como todas, con sus minorías hartas pero marginadas por este caos, en la cual no hay espacio para todo aquello que viole las santísimas reglas de la aglomeración y la falta de sensibilidad respecto al medio! Entonces solo vi mediante aquestos ojos míos a la paloma alzarse por el cielo, símbolo de Fuente Dorada, virtud y esperanza. Y en ese momento me di cuenta de lo que mediante estas líneas quiero decir: Que el mundo se va al carajo, no hay nada que hacer; Y la revolución de corbatas es una realidad a la que debemos combatir como ciudadanos bajo este movimiento o bajo el que sea, obviamente como ciudadanos libres por encima. Espero con esmero explicarme ahora en lo que continua el siguiente párrafo.

Y bien,¿y por qué revolución de corbatas a la cual atribuyo una percepción mía sobre España y el resto del mundo predestinados al carajo? 

La sociedad esta enferma, no hace falta ser un lumbreras para afirmarlo y reafirmarlo hasta la saciedad. En sí el sí de esta afirmación ahonda, va más allá de lo que podría ser un análisis conciso y breve. El problema en sí esta en un error de base, sencillo como estúpido, el de la atribución del sentimiento de culpa a otros factores u agentes físicos o sociales ya sean políticos, sociológicos o culturales. Todo sea con tal de crear un chivx espiatorio del cual olvidar el sentimiento de culpabilidad y poder seguir con la sensación de un mundo feliz, con problemas, pero con problemas que son de cúspide, no problemas estructurales. Entonces por este error de base ya se puede deducir que toda revolución que haya se realizará de manera similar a la que ha acontecido durante este tiempo en Gran Bretaña, una revolución de las masas contra las masas mismas, cuyo estandarte ha sido el poder acceder a los productos de consumo tan de moda en estos tiempos: I Phones, PCs, PS3s, y todo tipo de productos de última tecnología. En ningún momento la revolución ha sido enfocada a lo que si que habría tenido repercusión: Volar el Parlamento Inglés a lo Guy Fawkes. Y así es como se articulara este prototipo fallido de cambio, por la corbata, si nadie lo remedia claro...

¿Y por qué revolución de corbatas? 

Se llama revolución de corbatas a toda aquella revolución que plantea como apaciguamiento y calma de los resortes del estado que en mayor o menor medida no puedan beneficiar a la población. Entonces esta se erige como factor destinado a conseguir un mayor placebo de este, sin importar que sus derechos sean coartados, y sus libertades destruidas, sin importar mucho la eliminación de aquellos agentes que controlan dichos mecanismos, como el capitalismo o el imperalismo internacional, movido por los intereses de las multinacionales. Porque mediante esta lógica toda revolución u cambio social aspirara a los aplausos, es decir, al apoyo de la sociedad con tal de llenar una valía que en muchos casos es personal fruto de frustraciones en sus miembros comunes y pertenecientes a un mismo pasado, común con toda la sociedad, y que se basa en llenar un resentimiento no muy bien enfocado, contra un enemigo que ni se sabe quien es y como es. La interrogación creada por una educación del sistema, con el fin de crear instrumentos con el fin de dinamitar todo planteamiento verdaderamente revolucionario, y así destruir el impulso renovador de la juventud, subordinándolo a meras necesidades sociales y no morales u éticas relacionadas con lograr ese impulso trascendental, que pueda conseguir la eliminación de ese estado tirano.

¿A qué ha venido toda esta parrafada?


Podría venir a cuento de muchas cosas, pero en esta ocasión se ha querido usar para hablar de la destrucción de la Tierra como en estos primeros párrafos del artículo citaba. Los recursos se terminan, y lejos parece de pensar que esto podrá cambiar, en su lugar más vale que nos vayamos esmerando en prepararnos para derramar las típicas lágrimas pijoteras de última hora, cuando pudimos y no quisimos, y al final...¡tachan! al carajo la humanidad y con ello una falta de recursos que llevarán a la humanidad a colonizar 27 planetas para sustentar a una población mundial que para el 2050 se estima de 10000 millones de habitantes, teniendo en cuenta que cada habitante de la zona capitalista ocupa una media de 4,5 hectáreas, debiendo de ocupar 1 hectárea a lo sumo de consumo. A ello sumarle la escasez de agua con la aceleración de los procesos de sequía etc, producido por el cambio climático global. Vamos, que lo que todo el mundo sabe pero a lo que nadie presta atención, porque no hay que olvidar, que haya o no revolución, seguirá habiendo corbatas,¡corbatas forever!

El escenario es de sobra conocido, al menos por los tercermundistas, ellxs lo conocen muy pero que muy bien, el no tener apenas para comer ni beber, claro que las multis de las que todo Occidente se nutre, incluyendo aquellos que reniegan de África, pero que luego para chupar de sus recursos bien que callan. Un escenario de guerras por conseguir los recursos que dan la pasta para gastarla en clubs de alterne en Europa, Ámerica, China o Japón. Ellxs lo saben muy bien, saben lo que es que cuatro hippies les usen y a las espaldas destruyan su hábitat y se enriquezcan con ello. El problema...es que en Occidente no lo conocemos, y cuando lo conozcamos no sé bien que pasará.

Viendo las políticas de nuestros gobiernos no muy destinadas a reducir la emisión de CO2 que deberían haber hecho efecto en 2003 según un acuerdo y un compromiso llevado a cabo ese mismo año por intelecuales y científicos para evitar que las temperaturas de aquí a los próximos 100 años subieran entre 3 y 3,9 grados, encaminadas a un agotamiento salvaje de nuestros recursos; a una desforestación bestial de los bosques, estimándose en un 30 y un 40% aprox.  Hemos de pensar en que los próximos años van a ser de catastrófe, de incremento de la inestabilidad mundial fruto de los conflictos armados entre las diversas potencias que lucharán por el control de los recursos de la Tierra. A ello sumarle el incremento de la población, la carestía de alimentos, insuficientes para alimentar a tantos millones de personas, e impensable con el modelo capitalista, salvo que a los de la NASA les de por llevar a una parte importante de la población a Marte que si tiene atmosfera, o a Europa, luna de Júpiter que parece que tiene un mar como el del Ártico.


No hay esperanzas,¿por qué no nos vamos al carajo y terminamos antes?

Posible opción habría de ser, pero no creo que tanto cabrón quisiera finiquitarse, y es una pena la verdad, y menos la sociedad entera...¿Hay alguna solución? Pues hombre, soluciones hay muchas, pero todas tienden a pintar el mundo de color rosa, de plantear fórmulas para evitar que la sociedad se lastime en el proceso, como si la sociedad hubiera dejado su instinto de supervivencia de lado, y en vez de ello, se hubiera trasformado en un cúmulo de ovejas incapaces de afrontar las consecuencias de haber vivido bajo la vara del pastor. Creo por ello, que en realidad solo hay una solución, y es aquí donde rompo con: Progreso=avance. La solución pasa por abandonar tantos años de falso progreso, de tanta falsa charlatanería destinada a hacernos sujetos con corbata. En pensar que todo ha sido una gran mentira de la que hemos sido marionetas, entes destinados a ser utilizados como objetos irónicamente, de consumo. Optar por otra forma de vida que se base en una disminución drástica del consumo, y una adaptación a lo que ahora mismo la Tierra requiere, un consumo mínimo de productos, destinados a nuestra alimentación y a nuestro beneplácito. Ello sería el fin de la sociedad conocida, la eliminación de todo el sustrato que culturalmente y físicamente tanto nos ha perjudicado. Una concienciación de nuestro papel en la Tierra no como meros explotadores, sino por el contrario, como hijos que tenemos un deber. Ello implicaría una derrocación de los monoteismos (Islam-Cristianismo,Capitalismo) que toman el papel del ser humano como explotador, y a la Tierra como subordinación a las decisiones de este, dado que aún el ser humano no es consciente de donde vive, y de su gran vulnerabilidad en un medio tan hostil como es el Cosmos. Y de ello se derivaría una conciencia religiosa que sería netamente de adoración a la Tierra y espiritual en cuanto a la eliminación del concepto instaurado en el s.XX y promulgado en el XXI de las masas, por el concepto de individuos, libres, pero con una responsabilidad. Entonces se hablaría de una revolución.

Romanticismos fuera, hemos de ser realistas, no hemos de pretender el aplauso de las masas, dado que en nuestro caso no deben existir, sino más bien lo deben las personas. Hemos de saber que lo que nos viene no es meramente un par de crisis tontas, no. Lo que nos viene es una adaptación y renovación de lo que conocemos, y para ello hay que eliminar nociones y bases de una sociedad que se artícula como enferma, incapaz de dar soluciones coherentes a los problemas que se la plantean. No podemos ir con miedo pensando en que la sociedad nos rechazará, dado que en toda revolución de índole trasncendental, el rechazo es una máxima con la que se comienza, y cuya necesidad de arriesgarse a un encuentro con ella, determina el fracaso o el triunfo de un movimiento. Desde luego que no nos queda otra. Al menos que conste para cuando lleguen las lágrimas y los golpes de la Tierra a la humanidad en forma de terremotos o maremotos, que se la aviso, que esta siguio erre que erre, pues...¡a recoger lo sembrado!

Por ello antes de finalizar el artículo, debe 15M dar importancia a una cuestión de base como es esta. Debe 15M huir de las corbatas y ponerse solamente la camisa o la camiseta. Debe 15M asumir el papel de hacerlo y evitar terminar siendo una revolución de corbatas.

Un saludo.

Alexander.

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